Un carpintero que se precie siempre lleva el lápiz en la oreja. Diego además lleva una calculadora en la cabeza y si algo aprendió en sus estudios de empresariales es que una empresa familiar se ha de mamar desde primera línea de batalla. Mide, monta, fabrica, vende y con el resto de la familia toma decisiones estratégicas. En sus pocos ratos libres se dedica a sus dos grandes pasiones, el futbol sala, y la de ser papá de una preciosa niña.